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Cómo Evitar Convertirte en el Adjunto Villano: El Efecto de la Residencia en Tu Carácter

Durante una entrevista con una Residente R4 de cirugía general, me encontré con una revelación que me dejó helado. Mientras charlábamos sobre lo mal que lo había pasado en sus primeros años de residencia, me confesó que se había dado cuenta de que su carácter había empeorado mucho durante la residencia. ¡PUM! Justo como una bomba cayendo en medio de la conversación. Y no solo eso, me contó que su propia hermana, enfermera en la planta de cirugía, la había apartado ese mismo día, sin ir más lejos, para decirle que se había pasado de la raya con un Residente pequeño durante la visita.

¡Guauuu! Esa Residente que lo había pasado mal... ahora hacía pasar malos ratos a los que venían detrás. El clásico ciclo del maltrato disfrazado de "así son las cosas". Y no es la única. Muchas veces, esos adjuntos villanos que todos tememos son precisamente aquellos que, durante su residencia, recibieron lo peor. Es la típica mentalidad del "como yo lo pasé mal, ahora te toca a ti".


Así Nace un Adjunto Villano

¿Te suena? Un adjunto gritón, frío como un iceberg, que te suelta comentarios mordaces solo por respirar cerca de él. Pues adivina qué: muchos de esos villanos en realidad son el resultado de una residencia llena de maltratos y humillaciones. Es el círculo vicioso del “como yo lo sufrí, tú también lo harás”. No es que hayan nacido siendo unos monstruos, pero el sistema los fue moldeando.

La realidad es que muchos residentes se sienten tan destrozados durante su formación que empiezan a actuar desde la ira, el agotamiento y la falta de empatía. ¿Resultado? La frustración acumulada se desata con los que tienen menos experiencia. Pero, ¿realmente es inevitable? Pues no. Aquí entra una palabra clave que cambió mi manera de verlo todo: consciencia.


La Importancia de Elevar tu Consciencia (Antes de Que Sea Demasiado Tarde)

Si no elevas tu nivel de consciencia, te cuidas y aprendes a gestionar tus emociones, es cuestión de tiempo antes de que te encuentres desahogando tu frustración en un Residente menor, un enfermero, o cualquier otra persona que consideres "por debajo de ti" en la jerarquía. Sí, es como un bucle sin fin.

Lo peor es que la Residente de la entrevista me lo decía como si fuera algo inevitable, como si el hecho de sentirse mal justificara el hacer sentir mal a otros.

Y claro, ¿es una mala persona? ¡Para nada! Pero la residencia es un torbellino que puede desgastar tu salud física y emocional hasta el punto de convertirte en una versión oscura de ti mismo. Si no priorizas tu autocuidado, te verás cayendo en esa espiral de despotismo. Entonces, en lugar de cortar la cadena, la perpetúas. Y así es como dejas de ser el héroe que soñabas ser al entrar en medicina, para convertirte en el villano que juraste destruir.


La Cadena se Rompe Contigo

Tienes dos caminos. O bien dejas que el estrés, la presión y la ansiedad te conviertan en ese adjunto amargado que todo el mundo evita. O, puedes tomar el control. Rompe con esa cadena de maltrato. Empieza a cuidarte, a gestionar tus emociones y a elevar tu nivel de consciencia.

Porque, al final del día, la residencia no solo te forma como médico, también, si así lo eliges, te puede moldear como persona hacia una mejor versión de ti mismo. Y está en tus manos decidir si quieres ser recordado como el villano de quirófano o como el adjunto que rompió el ciclo y enseñó con empatía y amabilidad infinitas.

Si no te priorizas ahora, un día te sorprenderás levantando la voz sin motivo y convirtiéndote en el tipo de adjunto que todos temen. Así que, querido Súper Residente, cuídate hoy para no ser el villano de mañana.

Y tú, ¿has visto esta dinámica en tu hospital? Cuéntame en los comentarios si alguna vez te has encontrado con un adjunto villano (¡o si tú mismo sientes que puedes estar cayendo en esa trampa!).

 
 
 

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