Cómo Salir del Piloto Automático en la Residencia: Rompe la Rutina y Desata tu Potencial
- Ángel Gávila
- 29 sept 2024
- 3 Min. de lectura
Si te dijera que tu cerebro está diseñado para hacerte feliz, te estaría mintiendo. La realidad es que tu cerebro está programado para sobrevivir, no para que disfrutes el proceso. Le encanta la rutina porque la conoce, y lo familiar significa seguridad. Imagina un cerebro que, si por él fuera, haría lo mismo día tras día hasta el fin de tus días. No es que sea aburrido, es que quiere asegurarse de que sobrevives a toda costa.
Esto puede sonar bien cuando estás ante situaciones de vida o muerte, como aquellas en las que alguna vez nuestros antepasados huían de depredadores. Pero hoy en día, lo que te persigue es el agotamiento, la falta de tiempo para lo importante y el peso de la incertidumbre sobre tu futuro profesional. Y ahí es donde tu cerebro, con toda su buena intención, te sabotea.
Durante la residencia, ¿te has encontrado haciendo las cosas siempre de la misma manera? Claro que sí. Pero no porque sea lo mejor, sino porque es como las aprendiste o como te lo enseñaron. Y tu cerebro sin cuestionarlo, solo sigue el piloto automático. ¿Pero qué pasa si eso no te ayuda a avanzar? Aquí es donde entra tu conciencia y tu capacidad de juicio: ¡Súper Residente, rompe el ciclo!
¿Por qué no probamos algo nuevo?
El problema es que cambiar da miedo. Para tu cerebro, hacer cosas diferentes es un territorio desconocido, y lo desconocido es sinónimo de peligro. Prefiere que sigas haciendo lo que ya sabes, aunque no te esté sirviendo. Es cómodo, sí, pero ¿te hará avanzar? Seguro que no.
Aquí es donde tienes que hacerte cargo. La idea no es que dejes de sentir miedo, sino que aprendas a actuar a pesar de él. El miedo estará ahí, te acompañará como el sonido del busca durante las guardias más tensas. Lo importante es que no dejes que te paralice. Hazlo con miedo.
La rutina es fácil, pero estancante (¿existe esta palabra?)
¿Sabes lo que es peor que cometer un error? Estancarte. Estar atrapado en la comodidad de la repetición, de hacer siempre lo mismo porque "es lo que se espera" o porque "siempre lo he hecho así". Si te has preguntado alguna vez por qué la residencia puede llegar a ser tan frustrante, esta es una de las razones.
A veces, la única forma de descubrir nuevas maneras de hacer las cosas es arriesgarte a probar lo que no conoces. Puede que al principio no salga como esperabas, pero eso es parte del proceso. Cada intento fallido te enseña algo nuevo, mientras que la rutina solo te deja donde ya estabas.
¡Rompe el ciclo, hoy!
Plantéate hacer cosas de manera diferente. Esa es la clave. Dale una vuelta a cómo gestionas tus jornadas, cómo te organizas el tiempo, o cómo te preparas mentalmente para una guardia. Aprende cosas nuevas. No todo lo que te enseñaron es sagrado. No hagas cosas solo porque así las aprendiste; hazlas porque son la mejor opción después de evaluarlas y probar otras alternativas.
Y recuerda: el miedo no es tu enemigo, es solo una señal de que estás saliendo de tu zona de confort. Deja que esté ahí, pero no dejes que te detenga. Experimenta, equivócate y aprende. Hazlo con miedo, pero hazlo.
Cada día de tu residencia puede ser diferente. Solo tienes que decidir que lo sea.
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