Descubre tu Nivel de Consciencia en la Residencia (Sí, hoy nos ponemos un poco hierbas)
- Ángel Gávila
- 7 nov 2024
- 4 Min. de lectura
Ah, la residencia. Ese infierno disfrazado de noble misión donde las emociones están a flor de piel y el café se convierte en tu mejor (y peor) amigo. Pero... ¿y si te dijera que el café no es lo único que determina cómo te enfrentas a los desafíos diarios? Hoy hablaremos de los niveles de consciencia del Dr. David Hawkins. ¿Por qué te debería importar? Porque saber dónde estás en esta escala y, más importante, dónde podrías estar, podría hacer que pases de "sobrevivir" a "disfrutar" – sí, ¡disfrutar! – de tu residencia.

¿Qué son los Niveles de Consciencia?
El Dr. Hawkins propone una escala que va desde emociones bajas, como la vergüenza y la culpa, hasta estados elevados como la paz y la iluminación. No, no necesitas volverte un monje tibetano para alcanzar niveles altos, pero conocerlos podría ser la clave para no derrumbarte a las 3:00 am en plena guardia. Vamos a hacer un repaso de estos niveles (con un toque canalla, claro está) y cómo se relacionan con lo que tú, querido Residente, vives cada día.
Nivel 1: La Vergüenza
Este es el nivel del "no soy suficiente". Quizá reconoces esta voz interna: “¿Por qué no sé esto? ¿Por qué me han dado tantas tareas si ya saben que voy de culo?”. Sentir vergüenza como Residente es normal, pero ojo: si te quedas en este nivel, te estás haciendo daño. Piensa en esto: todos tus colegas están tan perdidos como tú en algún aspecto. Sí, incluso ese R4 que parece dominar todo, se ha sentido igual. No te compares; en lugar de eso, pregúntate cómo puedes mejorar sin machacarte. ¡Este es solo el primer nivel, no es el destino final!

Nivel 2: La Culpa
La culpa en la residencia aparece por todas partes: cuando no respondes al busca al primer pitido o cuando te tomas cinco minutos para respirar y algún adjunto te recuerda que “el tiempo es oro”. En este nivel, es fácil obsesionarse con los errores, pero recuerda: errar es humano y pedir ayuda no es signo de debilidad. Enfrentar la culpa significa aceptar que no puedes controlarlo todo. Respira profundo y pasa página. ¡Sigamos avanzando en la escala!

Nivel 3: El Miedo
Aquí entramos en el nivel donde los Residentes son expertos. El miedo a equivocarse, a que el adjunto te critique en el pase de guardia, a no llegar a todo. El miedo puede ser motivador, pero también puede paralizar. La clave está en gestionarlo: entender que el miedo viene de la falta de experiencia y que, con el tiempo, va a disminuir. Si te sientes atrapado aquí, no pasa nada, estás en camino, pero recuerda que hay más niveles y que mereces salir de este estado.

Nivel 4: El Orgullo
Este es el nivel del “Yo puedo con todo”. Algunos Residentes se aferran a él como una medalla de honor, pero cuidado: el orgullo te puede aislar y hacer que te quemes. Claro que es normal sentirse orgulloso de tus logros, pero si te quedas aquí, puedes acabar agotado. La residencia es una carrera de fondo, y el orgullo puede ser un buen combustible, pero no una base sólida. Aquí la idea es aprovechar tu motivación para mejorar, pero sin pasarse.

Nivel 5: El Coraje
¡Felicidades! Si has llegado hasta aquí, estás en un nivel potente. El coraje es aceptar la residencia con todo lo que implica y enfrentarte a los retos sin autodestruirte. Es el nivel en el que decides que, aunque sea duro, puedes superarlo. El coraje significa que reconoces que hay días malos, pero no dejas que esos días definan tu experiencia. Desde el coraje, puedes empezar a cuidar más de ti, tomar decisiones sabias y mantener la esperanza.

Nivel 6: La Neutralidad
La neutralidad es la habilidad de no tomarse todo tan en serio. A este nivel, ya no estás luchando contra todo, sino adaptándote. Si logras ver la residencia con un poco de distancia, te das cuenta de que no todo es tan grave. Aquí es donde el “Meh, ya veremos cómo sale” puede ayudarte a liberar la presión. Es un nivel mágico para sobrevivir y mantener la cordura.

Nivel 7: La Aceptación
A este nivel, entiendes que la residencia es una etapa y que no define quién eres. Estás en paz con los altibajos, aprendes de cada experiencia y aceptas lo bueno y lo malo sin pelearte con ello. No te enfadas porque el adjunto te dé tareas que no te corresponden, sino que encuentras la manera de sacar provecho de cada situación. Aceptar no es rendirse, es entender que esta etapa es dura, pero temporal.

Nivel 8: La Paz
Este es un nivel avanzado, y si llegas aquí durante la residencia, ¡eres un Súper Residente de nivel Dios! La paz es aceptar completamente la situación, ser capaz de ver todo desde una perspectiva tranquila, incluso en mitad del caos. Alcanzar este nivel requiere entrenamiento, y quizá no lo vivas en cada guardia, pero tener momentos de paz es posible si trabajas en todos los niveles anteriores.

Entonces, ¿en qué nivel estás? Reflexionar sobre esto puede darte herramientas para elevarte. La residencia es como un videojuego: cada día te enfrenta a un reto distinto, pero conocer estos niveles te puede ayudar a saber cómo superarlo. ¡Súper Residente, a subir niveles! Recuerda que cada día es una oportunidad para mejorar tu consciencia y vivir una residencia que te acerque cada vez más a tu mejor versión.
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