top of page
Buscar

Esto También Pasará: El Mantra que Todo Residente Necesita

Imagínate esta escena: estás a mitad de una guardia infernal, ese adjunto villano te está mirando con el ceño fruncido y el quirófano parece más una trinchera que una sala de operaciones. Las horas pasan y el cansancio te aplasta. La pregunta es inevitable: ¿cómo demonios voy a sobrevivir a esto?

Déjame contarte un pequeño secreto que a mí me salvó el pellejo en más de una ocasión durante mi residencia. Un mantra, simple pero poderoso: "Esto también pasará." Tres palabras que, aunque suenen fáciles de decir, tienen un poder casi mágico para calmar el caos que llevas dentro cuando el hospital parece estar en llamas y tu vida, un desastre.


Durante mi residencia, hubo momentos en los que pensé que no podía más. Y cuando digo que NO PODÍA MÁS, créeme, no lo digo a la ligera. No hablo de estar un poco cansado o de querer salir corriendo del hospital (aunque, admitámoslo, todos hemos soñado con un meteorito que lo arrase todo, justo en medio de una guardia). Hablo de sentir que todo se me venía encima: guardias sin fin, adjuntos que parecían sacados de una película de terror, decisiones difíciles y un agotamiento mental que te hace dudar hasta de tu nombre.

Pero cuando todo se volvía negro, repetía en mi cabeza: "Esto también pasará." Y de alguna forma, lo hacía. Al final de la guardia, de la semana, del mes, y sí, incluso de la residencia, miras atrás y te das cuenta de que lo que parecía imposible fue superado. ¿Cómo? Porque las emociones son pasajeras, incluso las más abrumadoras.


La residencia no dura para siempre

Es fácil olvidarse, sobre todo cuando llevas días sin dormir y sientes que te han absorbido hasta la última gota de energía, pero todo pasa. Esa sensación de que el mundo se va a caer a pedazos también se va. El problema es que, en el momento, creemos que las situaciones difíciles van a durar para siempre. Spoiler alert: no lo harán.

La residencia es dura. Dura de cojones. Pero también se termina, y con ella, muchas de las cosas que ahora mismo te parecen insuperables. Incluso ese adjunto que te mira con ganas de que falles, o esa cirugía que no se acaba nunca, algún día será solo un recuerdo lejano.


Ríete, aunque sea por no llorar

De hecho, un día mirarás atrás, quizás con un zumo de naranja natural en la mano después de una cirugía exitosa, y te reirás de todos esos momentos que te hicieron querer tirar la toalla. Yo mismo me río ahora de las veces que me encerré en el baño del hospital para gritar en silencio (o para llorar como un niño, porque seamos honestos, todos lo hemos hecho).


Lo mejor de todo es que, si aprendes a relativizar esos momentos, empezarás a ver que no solo sobrevives, sino que puedes sacarles provecho. Te hacen más fuerte, más resistente y, lo más importante, más humano, más allá de que no es necesario que la residencia signifique eso (pero centrémonos en lo que podemos cambiar de nosotros). Porque si algo te queda claro después de repetir este mantra unas cuantas veces, es que el estrés y la ansiedad son parte del viaje, pero no te definen. No estás destinado a vivir en ese estado para siempre.


El mantra del Súper Residente

Así que, Súper Residente, la próxima vez que estés en medio del caos, cuando sientas que ya no puedes más y que te gustaría teletransportarte a una isla desierta (con un mojito en la mano, claro), repite conmigo: "Esto también pasará." Porque lo hará.

Lo sé porque yo también estuve ahí, y sobreviví. Y ahora te lo digo a ti, porque sé que puedes hacerlo. La residencia es un campo de batalla, pero no es una condena de por vida. Un día mirarás atrás, sonreirás y te darás cuenta de que lo lograste. Y ¿sabes qué? Todo ese sufrimiento valdrá la pena, o no... pero habrá pasado.


Y hasta que eso ocurra… repite conmigo: ¡Esto también pasará!

Este artículo es para todos los Súper Residentes que alguna vez han sentido que no pueden más. Es para ti, que estás en medio de una guardia y piensas que nunca saldrás del otro lado del hospital. Lo harás, lo prometo. Porque si yo lo hice, tú también puedes. Y mientras tanto, ríete, grita, llora, pero nunca olvides: esto también pasará.

 
 
 

Comments


bottom of page