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Lo que la Interpretación Me Enseñó para Ser un Súper Residente (y Por Qué No Necesitas Caerle Bien a Nadie)

Si te dijera que, después de terminar la residencia en cirugía, me metí de lleno en el mundo de la interpretación, quizás pienses que me volví loco. Pero no. Lo cierto es que ser médico y ser actor tienen más en común de lo que imaginas. En esos cinco años, compaginando guardias y clases de actuación, descubrí algo que me ayudó a sobrevivir, no solo sobre el escenario, sino también en las trincheras del hospital: la autenticidad. Y, spoiler alert, esa misma autenticidad es lo que te va a convertir en un Súper Residente.

¿Qué tiene que ver la actuación con la residencia?

La interpretación te obliga a ser vulnerable, a mostrarte tal y como eres. No puedes copiar a otro actor para interpretar un personaje, porque cada uno aporta su esencia única. La autenticidad es lo que hace que un personaje cobre vida y lo que te conecta con la audiencia. Si intentas ser lo que no eres, el público lo detecta y se desconecta en un segundo.

Lo mismo sucede en la residencia. No puedes fingir ser alguien que no eres para caerle bien a tus superiores, a tus compañeros o incluso a tus pacientes. Porque, amigo mío, déjame decirte algo importante: No necesitas caerle bien a nadie. Lo repito por si piensas que he delirado: De verdad Súper Residente, no necesitas caerle bien a nadie.


Ser auténtico = Ser un Súper Residente

En la residencia te enfrentas a un millón de expectativas: la del adjunto que espera que tengas todas las respuestas, la de tu R mayor que te hace sentir que nunca sabes lo suficiente, y la de tus propios compañeros que parecen tenerlo todo bajo control mientras tú intentas sobrevivir al caos. La tentación de copiar los comportamientos de los demás es grande. Quieres ser el Residente "perfecto", que sigue las normas del servicio y agrada a todo el mundo.

Pero, ¿sabes qué? ¡No hace falta!

Lo que aprendí en la interpretación y que llevo conmigo como médico es que la autenticidad es tu mejor herramienta. Ser tú mismo, con tus luces y sombras, es lo que realmente te hará destacar, no solo como Residente, sino como persona. Y no, esto no es una charla de autoayuda barata. Esto es supervivencia pura y dura. Si te pasas la residencia intentando ser alguien que no eres, te vas a quemar más rápido que un Residente de cirugía general.


La magia de no necesitar la aprobación de nadie

Repite conmigo: No necesito caerle bien a nadie. Esto incluye a tu jefe (¡ojo! que no es tu jefe, es el jefe del servicio, pero este melón lo abrimos en el Manual Súper Residnete por si quieres echarle un vistazo), al adjunto que siempre te lanza miradas de desaprobación y al residente mayor que parece tener siempre la razón. Claro, el respeto y el profesionalismo son importantes, pero la verdad es que no viniste a este mundo (ni al hospital) para ser el favorito de todos. ¡Ufff que alivio!

Cuando asumes que no tienes que agradar a todo el mundo, algo mágico sucede: te liberas. Dejas de actuar para los demás y empiezas a actuar para ti. Tus decisiones se vuelven más seguras porque no están teñidas de la inseguridad de "¿y si no le gusta a fulanito?". Como actor, aprendí que solo cuando te permites ser auténtico es cuando el personaje (y tú mismo) cobra vida. En la residencia, pasa exactamente lo mismo.


Ser tú mismo te hará mejor Residente

A veces, intentar ser el mejor solo te aleja de lo que realmente importa. He visto a Residentes agotarse emocionalmente por tratar de agradar a todo el mundo, y he visto a otros, que se centraron en ser fieles a sí mismos, salir más fuertes, más seguros y, sí, más felices.

La residencia no es una competición para ver quién tiene más amigos o quién se gana más sonrisas del jefe (¡que no es tu jefe!). La residencia es una prueba de resistencia en la que solo los que se mantienen auténticos consiguen llegar a la meta sin perder la salud mental.

Consejos prácticos para ser un Súper Residente auténtico

  • Haz las paces con el caos: Deja de intentar controlar todo y a todos. No necesitas la aprobación de nadie para hacer bien tu trabajo.

  • No copies a los demás: Puedes aprender de otros, pero no intentes ser una copia barata de tu R mayor o del adjunto cool del servicio. Ellos tienen su estilo; tú tienes el tuyo. Encuentra lo que te funciona y explótalo.

  • Acepta tus errores y aprende de ellos: No eres un robot. La autenticidad implica aceptar tus fallos y aprender de ellos, no esconderlos bajo una fachada de perfección.

  • Defiende tus decisiones: Si tienes que tomar una decisión médica y estás seguro de que es la correcta, defiéndela. No necesitas que todo el mundo esté de acuerdo contigo siempre.

  • Rodéate de gente que te apoye, no que te juzgue: Los auténticos Súper Residentes saben que tener una red de apoyo es clave. Busca a aquellos compañeros que te respeten por quién eres, no por lo que aparentas ser.

En resumen: Sé tú, ¡y solo tú!

Si algo aprendí de la interpretación es que solo tú puedes darle vida a tu personaje. En la residencia, ese personaje eres tú mismo. No intentes agradar a todo el mundo, no copies los comportamientos que no te representan. Sé auténtico y fiel a tus propios valores, porque al final, eso es lo que te hará el mejor Residente que puedes ser.

Y si alguna vez sientes que no encajas, recuerda: No necesitas caerle bien a nadie.

 
 
 

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