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Saca el Polímata que Llevas Dentro: Lo que Da Vinci y Grecia Nos Enseñaron a los Residentes

Cuando piensas en Leonardo Da Vinci, seguro lo imaginas con un pincel en una mano y un cuaderno de bocetos en la otra, inventando helicópteros y diseccionando cadáveres. El tipo lo hacía todo, y no, no le faltaba tiempo. Si le hubiera tocado ser Residente, probablemente habría inventado la máquina perfecta para hacer guardias más llevaderas. Y ojo, no estoy exagerando. Da Vinci es el claro ejemplo de lo que significa ser un polímata, un ser humano que abraza más de una disciplina, que no se limita a una única pasión y que sabe que su potencial no se agota en un único interés. ¿Y sabes qué, Súper Residente? Tú también lo eres, aunque ahora mismo no lo creas.


El Médico "Para Todo" Está Demodé

Durante años se nos ha vendido la historia del médico vocacional devoto, aquel que vive por y para sus pacientes, que respira óxido nitroso, sueña bisturíes y desayuna sesiones de mortalidad diarios con café. Sí, el médico "todo-lo-doy", el mártir, la versión moderna del santo que dedica cada minuto de su vida a la medicina. Pero, ¿y si te digo que ese concepto está obsoleto y pasado de moda? Y que, en realidad, nunca fue saludable ni realista.


Spoiler: No somos máquinas. Y tampoco estamos hechos para ser unidimensionales.

Si eres Residente y te has comprado (o te han impuesto) esa idea de que solo eres válido si sacrificas todo lo demás en tu vida para dedicarlo a la residencia, déjame decirte que estás limitando tu potencial de una manera ridícula.

La realidad es que somos poliédricos, seres multidimensionales con múltiples intereses y habilidades. Sí, puedes amar la medicina, pero también puedes disfrutar de tocar la guitarra, pintar, cocinar o hacer kickboxing. ¡De hecho, deberías! Porque el único camino a no volverte un robot emocionalmente desconectado de ti mismo es mantener esos otros aspectos de ti vivo.


El Error de Olvidar Quién Eres (Te lo Dice Alguien que lo Hizo)

Te cuento una historia: cuando empecé la residencia, me olvidé de todo lo que me gustaba. Dejé de hacer ejercicio, de leer lo que no tuviera que ver con medicina, de ver series, de salir con amigos, de hacer teatro. Mi vida se convirtió en un túnel oscuro y estrecho donde solo existían las guardias, las cirugías, las camas del hospital. ¿El resultado? Mi vida se hizo más pequeña... mi vida se hizo más triste. Me consumí en la idea de que ser Residente significaba dejar de ser todo lo demás.

Pero ese no es el camino. No dejes que la residencia sea el pretexto para poner un freno a lo que te gusta. No eres solo un Residente. Eres un ser humano con múltiples facetas. Y ser buen médico también significa ser una persona completa, con intereses y pasiones fuera del hospital.


Da Vinci y los Polímatas Griegos Sabían de lo que Hablo

Los griegos, esos tipos sabios que se inventaron la filosofía, la geometría y los Juegos Olímpicos (todo en un rato libre entre guerras), ya sabían lo que es ser polímata. A nadie se le ocurría decirle a Aristóteles que dejara de escribir sobre biología porque "tío, mejor dedícate solo a la metafísica, que te dispersas". Y ahí está la clave: la genialidad de alguien como Aristóteles o Da Vinci no viene de ser un obsesionado con un solo tema, sino de abrazar todas sus pasiones y expandir su mente en múltiples direcciones.

El error que muchos residentes cometemos (y que yo cometí en su momento) es reducir nuestra vida solo a la medicina. Pero tú no eres solo tu bata blanca. Como los polímatas de la antigüedad, puedes ser más de una cosa a la vez. Es más, ¡debes serlo! Porque si te limitas, estás poniendo freno a tu capacidad de ser creativo, de resolver problemas de manera innovadora y de disfrutar de la vida.


La Residencia Como Periodo de Expansión (No de Encogimiento)

En lugar de ver la residencia como una etapa en la que te tienes que sacrificar y renunciar a todo lo que te gusta, piénsalo como una oportunidad para expandirte. Haz la prueba: empieza a dedicar tiempo a algo que te apasione fuera de la medicina. Si te encanta dibujar, sigue haciéndolo. Si siempre quisiste aprender a tocar el ukelele, ahora es el momento de comprar uno. La residencia no tiene que ser una fase de tu vida en la que te apagues como persona; puede ser un tiempo para descubrir nuevas pasiones o volver a conectar con las viejas.

Te aseguro que el tiempo que dediques a estas actividades no es tiempo perdido (aunque algún adjunto-villano te lo podrá llegar a insinuar). Al contrario, es lo que te permitirá mantenerte equilibrado, creativo y emocionalmente sano. Y, ¿sabes qué? También te hará mejor médico. Los estudios demuestran que la gente que tiene hobbies y que cultiva diferentes intereses maneja mejor el estrés, toma mejores decisiones y tiene una vida más satisfactoria.


Sé un Polímata, No un Monstruo del Hospital

La lección que podemos aprender de Leonardo Da Vinci y los polímatas griegos es clara: ser bueno en una cosa no significa renunciar a todo lo demás. La vida es mucho más grande que el hospital, y para ser un Súper Residente, tienes que permitirte ser una persona completa.

Así que, elige una cosa que te guste, fuera de la medicina, y hazla tuya. No dejes que la residencia te contraiga. Expándete, explora y crece como persona. Al final, serás mejor médico por ello, porque lo más importante, Súper Residente, eres tú.

 
 
 

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